El árbitro Roberto Ramírez Díaz, tercer hombre en el ring el pasado sábado en la pelea entre el puertorriqueño Juan Manuel López y el mexicano Orlando Salido, donde el primero perdió su invicto y título pluma de la OMB al 1.39 del octavo asalto, defendió su decisión de detener el pleito a pesar de las protestas surgidas en ese momento donde tuvo que abandonar el coliseo Rubén Rodríguez, de Bayamón, bajo protección policíaca, en medio de un motín donde se lanzaron objetos al ring y a la zona técnica en desacuerdo por el fallo.
A su vez, reclamó de sus detractores que presenten evidencia de que haya apostado en alguna pelea de López, en especial la celebrada contra Daniel Ponce de León, entendiendo que esos comentarios expresados sin prueba alguna son dañinos hacia su persona.
“En el momento en que paré la pelea a Juanma le habían pegado 17 puños seguidos. Cuando se pone contra las sogas, estaba tirando sin fuerzas y descoordinado, como hace cualquier boxeador por instinto aún cuando está noqueado. Tenía los ojos echados para atrás y la guardia no estaba siendo eficiente. Mi trabajo como árbitro es velar por la seguridad de ambos boxeadores y no permitir que ninguno reciba castigo innecesario. A esa altura de la pelea, Juanma estaba recibiendo castigo innecesario. Y mi trabajo era parar la pelea para evitar mayor castigo”, explicó.
Ramírez Díaz, cuyo padre Roberto Ramírez es un reputado árbitro con más de 175 peleas de campeonato mundial, sostuvo que estuvo bien enfocado observando cómo respondía López y también Salido, a pesar de que este último estaba en mejores condiciones físicas que el boricua.
“Estuve pendiente a su mirada y los ojos de Juanma estaban perdidos. Más castigo le podría haber costado la carrera de Juanma y quien sabe si la vida y mi trabajo se hubiera visto empañado y entonces habrían dicho todo lo contrario; que flojo ese árbitro que permitió tanto castigo. Yo velé por su seguridad”, manifestó.
El oficial, cuya experiencia fue cuestionada alegadamente antes y después de la reyerta, le restó importancia a dichas imputaciones señalando que tiene en su expediente sobre 800 peleas profesionales trabajadas y 17 de ellas han sido de campeonato mundial.
“Tengo 23 peleas de título y 17 de ellas han sido de campeonato mundial. Las otras han sido por campeonatos Latino, de Plata, Regional, todas alrededor del mundo. Y si eso me convierte en un novato, entonces soy un novato. Tengo alrededor de 800 a 900 peleas de boxeo caliente”, consignó.
Pero volviendo a la pelea López-Salido dijo que ha visto el video del pleito en varias ocasiones encontrando que el boricua en ese fatídico octavo asalto estaba recibiendo severo castigo y su respuesta no era lo suficientemente contudente para continuar.
“La he visto varias veces y puño por puño fueron 17 corridos los que recibió antes de que yo determinara parar la pelea. Y no necesito 17 puños para parar una pelea. Con uno solo el árbitro puede parar una pelea. Juanma es fuerte y en otras ocasiones ha estado en condiciones similares pero cuando se fue de frente a las cuerdas eso es un indicativo de que estaba en malas condiciones. Las sogas lo detuvieron. Me acerqué más hasta que Salido le dio otra ráfaga de puños y dije ya está bueno. Estaba tirando de forma instintiva, como un gallo de pelea que aún casi muerto sigue espuelando. He visto boxeadores achocados tirados en el piso lanzando golpes al aire”, finiquitó.
FOTO cortesia PH
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