Cuando Peñuelas dio la voz de alarma fueron muchos los que les dieron la espalda a su reclamo menos este periodista, entre unos pocos, y tras una serie de artículos investigativos y una efectiva labor detectivesca de los apoderados de Peñuelas, el Comité Olímpico tuvo que meterle mano al asunto con los resultados antes expuestos.
Y fue el oficial examinador Joaquín Monserrate Matienzo el que colocó el dedo en la llaga ante la evidencia contundente de Peñuelas con declaraciones juradas y otros 'exhibits' en un pedido de reapertura del caso que lastimosamente había sido adjudicado en favor de Ponce.
Monserrate Matienzo estudió hasta la saciedad las nuevas evidencias, hizo su análisis y determinó que Algar jugó como 'chivo' recomendando la confiscación de los juegos donde participó y fue más lejos al recomendar la expulsión de por vida de todos los que tuvieron que ver con el 'caso Algar'.
¿Quién en el COPUR iba a ir en contra de las recomendaciones del afamado criminalista? Nadie. Absolutamente nadie. Y era cuestión de tiempo de que el COPUR a través de su Comité Ejecutivo acogiera las recomendaciones de Monserrate Matienzo. Y así lo hizo. Hubo justicia tardía pero la hubo.
Los apoderados de Peñuelas y de otros equipos que se unieron al caso, salieron reivindicados porque probaron fuera de toda duda razonable que Algar no era elegible para jugar en Puerto Rico como nativo.
Ahora el COPUR y su presidente David Bernier tienen la encomienda de poner en cintura a la Federación de Softbol, cuyo presidente, Carlos López, se vanagloriaba de que tenía en un bolsillo al 'Colorao de Patillas'.
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