Ocho días han pasado desde que Miguel Cotto doblegó por nocáut técnico en 10 asaltos (0.03 segundos) a Antonio Margarito ante 21,239 fanáticos en el Madison Square Garden de Nueva York y son muchos los que me han pedido que una opinión en torno a al desenlace de la reyerta.
Y aquí vamos…
Era prevesible que Cotto iba a atacar inmisericordemente el ojo derecho de Margarito hasta lastimarlo y/o cortarlo por lo que a mi juicio una victoria bajo esas condiciones del campeón junior mediano de la AMB no me impresionaba salvo que lo hubiese tirado a la lona o partiera el rostro tal y como hizo Pacquiao.
Pero ni lo uno ni lo otro pasó.
Cotto lució excelente en sus desplazamientos y bailó en la punta del pie como Muhammad Alí lanzando su jab de izquierda y recto de derecha en 86 ocasiones al ojo maltrecho de Margarito, quien sufrió una herida en su párpado que requirió 12 puntos de sutura pero nunca sangró profusamente ni del ojo y del pómulo como ocurrió ante el filipino. Solo se le cerró como cuando usted se mete el dedo accidentalmente.
La suerte de Margarito estaba echada desde una semana antes de que se celebrara el combate y así lo comenté junto a Julio Hernández en el programa Zona Deportiva 940 AM y en The Sport Press.
A Margarito le dieron una licencia condicionada sujeta a que los médicos de la Comisión del Estado de Nueva York iban a estar sumamente atentos asalto por asalto de su ojo…y así fue.
Desde que sufrió la herida en los primeros episodios, los tres galenos, discutían entre sí la posibilidad de detener el pleito pero no lo hicieron hasta el décimo giro cuando sonó la campana y el árbitro Steve Smoger los llamó y tras unos 20 segundos de deliberación y exámenes visuales, optaron por parar la reyerta. Pedro Luis Díaz, entrenador de Cotto, opinó que Margarito podía seguir peleando porque el ojo no estaba tan herido como otros que había visto en el pasado.
Que conste…Margarito nunca estuvo herido de muerte. Tampoco Cotto, quien salió magullado de su pómulo izquierdo y marcado debajo del ojo derecho además de sufrir hematomas en la frente a pesar de que casi nunca fue un blanco fijo para los golpes de su adversario.
Los fanáticos celebraron en grande el triunfo en Nueva York y en Puerto Rico pero yo no soy fanático y sí periodista.
Una victoria de Cotto enviando a la lona a Margarito hubiese sido más espectacular que la obtenida porque todo el mundo sabía, hasta mis nietos, que la llave del triunfo era cerrarle el ojo al ‘Tornado de Tijuana’ y de herirlo, los médicos se iban a encargar del resto, como sucedió. No fue que le abrió el ojo por vez primera sino que se sabía que el mejicano estaba en desventaja por la peligrosa operación que se le practicó y era cuestión de tiempo.
Y Margarito cooperó porque nunca se protegió con su mano derecha y su ojo quedó al descubierto para que el jab y el recto entraran como Juan por su casa y le pasaron la factura.
Pero con toda probabilidad sus siguientes oponentes no subirán lesionados y menos de un ojo….
Fotos Top Rank/Chris Farina
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