Los entrenadores Javier Arce y José Bonilla no salían de su asombro tras el trágico fallecimiento de Edwin Rosario, quien fue atropellado por un auto cuando cruzaba la avenida Manuel Fernández Juncos, en Puerta de Tierra, la misma que miles de veces pasó sin mayores problemas por más de 30 años debido a que residía en ese barrio capitolino.
Arce, practicamente fue el último de los entrenadores en compartir con Rosario en la tarde del lunes cuando a eso de las seis de la tarde se despidió en el gimnasio de Barrio Obrero donde acudió a ayudar en el entrenamiento de varios de los púgiles del primero.
“Es duro y sorpresivo. El estuvo conmigo en el gimnasio y quien iba a pensar que la señora muerte iba a venir a buscarlo. Nos despedimos con un te veo mañana. El se había retirado y me daba la mano con los muchachos. Se despidió como a las seis de la tarde en el gimnasio de Barrio Obrero y media hora después murió. El había cruzado esa avenida toda la vida ya que vivía allí en el Falansterio”, expresó.
Mientras, Bonilla dijo que se enteró por medio del columnista Gerardo Fernández señalando que sintió rabia y molestia al conocer lo sucedido a su compañero de labores en el equipo nacional aficionado.
“Me enteré cuando Gerardo me llamó. Le dije coño, mano no me digas eso. Me dio duro, duro. Así de momento eso duele. Hace como dos meses peleamos a Kenny Galarza y él peleó a Mantequilla (Jonathan González) en Miami. Y estuvimos juntos. Y trabajamos mucho tiempo en el equipo nacional. Era mi socio, mi pana”, terminó diciendo con un taco en la garganta.
FOTO cortesía Mario Vayas Llera
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