Yadier Molina enseñó su acostumbrada gran defensa en el Juego 7 de la Serie Mundial el viernes contra Texas, sorprendiendo a Ian Kinsler en la primera base en el primer episodio del encuentro.
Pero en la coronación de los Cardenales, el receptor boricua le brindó un aporte ofensivo bien importante al manager Tony La Russa.
Molina empujó dos carreras clave en la victoria por 6-2 de San Luis en el decisivo séptimo choque. Sus nueve impulsadas en esta serie empataron una marca de Gary Carter de cátchers de la Liga Nacional en Clásicos de Otoño.
"He trabajado mucho, he tenido buenos años ofensivos", dijo Molina, quien anteriormente era conocido estrictamente por su defensa detrás del plato.
Se ven los resultados al bate. En la campaña regular del 2011 Molina puso marcas personales con promedio de .305, 14 jonrones y 65 empujadas, además de OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .814.
En la Serie Mundial, bateó .333 con par de dobles y esos nueve remolques. Y en la postemporada del 2011, dio la cara con promedio de .299, cinco dobles y 12 empujadas en los 18 partidos de San Luis.
"He trabajado mucho para ganarme mi respeto en la ofensiva", dijo Molina. "Lo estoy probando."
Con su segundo anillo de campeón, Molina ya está a la par con sus hermanos Bengie (2002 con Angelinos, 2010 con Gigantes, luego de pasar de San Francisco a Texas) y José (2002 Angelinos, 2009 Yankees). Definitivamente, es una familia ganadora.
"Increíble", dijo Molina al respecto. "Ellos tenían dos, yo quería dos y quería empatarlos."
Misión cumplida.
Texto y foto MLB
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