A veces las ganas no alcanzan para ganar el primer lugar, un ejemplo podría ser la selección mexicana de básquetbol que dejó todo en la duela del Code Alcalde en el último día de actividades de los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Puerto Rico de la mano del movedor NBA, José Juan Barea, se llevó la medalla dorada.
Durante todo el partido el equipo boricua lució nervioso ante los decibeles que provocaba el público, pero conforme fue avanzando el tiempo se afianzaron. Hombres de experiencia como Renaldo Balkman, Daniel Santiago y el mismo Barea empujaron a los demás para demostrar que tenían mejor equipo en cada posición.
Dichos oasís de desconcierto permitieron que México pudiera competir hasta el final, pero los errores por parte de la quinteta mexicana fueron varios, algunas ofensivas eran desaprovechadas porque el tiempo se terminaba, en otras los jugadores trataban de llegar tan rápido al aro que el balón les pegaba en las rodillas e intentaron tiros de tres cuando ni uno estaba con la mano caliente.
El angelino Lorenzo Mata, quien había sido el héroe 24 horas antes en la semifinal ante los Estados Unidos, no fue ni la sombra de lo que había mostrado.
En esta ocasión Jovan Harris fue el mejor hombre por parte de los mexicanos. Anotó casi siempre que tiró y se coló a la pintura de manera productiva, sobre todo en los minutos finales, alcanzó casi los 20 puntos.
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